El Parque Natural de la Sierra de Guara y sus cañones es un destino ideal para los amantes de la naturaleza por las aguas de sus famosos ríos, su clima privilegiado y sus paisajes kársticos, todo bajo el incesante vuelo de las grandes aves rapaces.
Un parque natural de Sierra de Guara es ideal para practicar turismo de aventura, los amantes del canyoning Sierra de Guara y del barranquismo disfrutarán de impresionantes rutas, y es que Sierra de Guara ofrece un centenar de barrancos ¿te atreves?
El pueblo de Alquezar
Pequeño pueblo medieval, encaramado a una altitud de 660 m al borde del río Vero. Alquezar está dominado por su colegiata, que data del siglo IX y renovado en la Reconquista, recomendamos la visita al excepcional claustro triangular y su capilla.
Y qué placer pasear por los estrechos callejones del pueblo, entre sus casas típicas con fachadas ocre y blasonadas hasta la Plaza Mayor. Una plaza formada de arcos donde podrás degustar deliciosas tapas.
El Río Vero
El cañón más conocido y visitado de la Sierra de Guara. Con una longitud de 15 km, se extiende desde Lecina en el norte hasta Alquezar en el sur.
La travesía del río es sorprendente debido a la belleza y la diversidad de sus paisajes que ofrecen un espectáculo de colores y luces en constante cambio.
Oscuros del Balces
Pequeño cañón pero intenso, verdadera joya visual, este cañón del río Isuala te lleva a las entrañas de la tierra en una atmósfera mágica ... El descenso comienza algo complicado pero luego se normaliza, un paso estrecho entre las paredes vertiginosas de 100 m de altura, los saltos y los pasadizos están unidos en un largo corredor mineral, la mayor parte se realiza en oscuridad, antes de salir al sol de la Sierra con el aroma de tomillo y romero.
Fuente de Tamara
Las aguas de la Fuente de Tamara marcan la salida del cañón de Peonera, un cañón divertido y mágico, donde el agua refleja sus colores más bellos, una verdadera piscina natural con aguas cristalinas, ¡una invitación a nadar!
El pueblo de Lecina
Es un camino sombreado a través de los robles y en un balcón sobre el cañón del río Vero, que conduce a Lecina: un pueblo tranquilo y encantador rodeado de olivos y trigo. En las afueras del pueblo, un magnífico roble milenario parece vigilar las casas antiguas. Notarás la arquitectura particular de las casas, la leyenda dice que sus chimeneas puntiagudas están destinadas a cazar brujas.
La Capilla de Lecina (barroco del siglo XVII) contiene un magnífico Cristo románico de tamaño natural.
Otín
Entre los pueblos perdidos de Nasarre, actualmente abandonados, encaramado en las meseta con su capilla románica y sus paisajes que evocan el recuerdo de una época en que la vida en los pueblos era intensa, encontramos a Otín.
Otín es un pueblo olvidado por sus habitantes, rodeado de impresionantes vistas. En el antiguo mirador podrás disfrutar de una vista panorámica del cañón que dio fama a la Sierra de Guara: el Mascún.
En un entorno extraordinario de piedras esculpidas por el agua y el viento, el Mascún es una sucesión de picos afilados, paredes de piedra caliza y repisas que se adentran en un matorral impenetrable. Una vez más, las aves rapaces, guardianes del lugar, vuelan constantemente sobre estos paisajes mágicos.
Las cuevas prehistóricas del río Vero
Catalogado como patrimonio de la UNESCO, el Parque Cultural Vero tiene más de 60 cuevas decoradas con pinturas rupestres que hacen de este enclave natural un verdadero museo prehistórico. Tres estilos clásicos de arte rupestre se encuentran en el parque: paleolítico, levantino y esquemático.
La cueva de la Fuente del Trucho en la que se pueden ver pinturas paleóticas es la única de su tipo en Aragón.