Alemania es un país de Europa central que limita al Norte con el mar del Norte, Dinamarca y el Mar Báltico; al Este, con Polonia y con la República Checa; al Sur, con Austria y Suiza, y al Oeste, con Francia, Luxemburgo, Bélgica y Holanda.
Geología de Alemania
El territorio alemán desciende de Sur a Norte, y se divide en cuatro grandes regiones naturales. Los Alpes y la meseta subalpina: se extienden por la frontera austroalemana, los Alpes de Argovia y los Alpes bávaros.
La sigue la meseta subabobávara, que llega hasta el valle superior del Danubio. El territorio se encuentra dividido en mesetas alargadas y abundan en él los lagos, pantanos y turberas.
La región del Suroeste: al Norte de la meseta subabobávara, entre los Vosgos (Francia), la selva de Bohemia al Este y hasta más allá del Main al Norte. Se caracteriza por sus cadenas de altura media. Entre los Vosgos y la Selva Negra se extiende el valle de Rhin.
Al Este de la Selva Negra se encuentran las depresiones de Suabia y Franconia.
La Alemania media: constituida por una serie de alturas aplanadas, en su mayor parte cubiertas de bosques. Son, de Oeste a Este, el macizo esquistoso renano, dividido a su vez en los macixzos de Hunsrück, Eifel, Taunus y Westerwald; la depresión de Hesse; la depresión de Turingia, y la selva de Franconia.
Las llanuras de Westfalia, de Sajonia y de Lusacia constituyen la transición entre Alemania media y la llanura del norte, parte de la gran llanura que se extiende desde el Ural hasta Calais.
Sus alturas rara vez alcanzan los 200 metros y está dividida por el Elba. Los ríos, bastante caudalosos, discurren de Sur a Norte, con excepción del Danubio. El más importante es el Rhin, con sus afluentes el Main, Neckar, Mosela y Rhur. Otros ríos importantes son Weser, Elba y Oder.
El clima es marítimo en las regiones atlánticas y continental en Europa oriental. La vegetación está constituida por bosques de abetos, pinos, hayas, robles, etc., con marjales y brezos en la costa Norte. La población es casi exclusivamente urbana (90%). Su pujanza económica ha favorecido la acogida de emigrantes, sobre todo turcos, yugoslavos e italianos. Las principales áreas de población son el valle del Rhin, la cuenca del Rhur, Baviera y en Norte del país.
El proceso de unificación ha puesto de manifiesto las desigualdades entre los antiguos habitantes de la Alemania oriental (ossies) y occidental (wessies).
Posee una economía muy desarrollada. Produce cereales, como trigo,cebada, centeno, avena; tubérculos (patata y remolacha) y vino. Importante producción de cerveza. Ganadería porcina. Yacimientos de carbón (Sarre, Sajonia y Aquisgrán), explotaciones de uranio, plomo, cinc y sales potásicas. Es la tercera potencia industrial del mundo. La siderurgia, sector tradicionalmente muy importante, ha ido cediendo terreno a industrias de transformación y de bienes de equipo. También destaca la metalurgia, fabricación de automóviles y vehículos industriales (Mercedes, BMW, Volkswagen, Opel, Audi, etc.), industrias mecánicas, ferroviarias, de fibras artificiales, naval, cementera, electrónica, de electrodomésticos, papelera, alimentaria, petroquímica, editorial, etc.
La escasez de hidrocarburos obliga a importar dos terceras partes del combustible que consume.
Alemania es el motor de la integración de los países de la UE y punto de referencia de la convergencia económica y monetario.
Las coordenadas de Alemania son 50°44′02″N 7°05′59″E. Las antípodas de Alemania se encuentran en el Pacífico Sur, la ciudad más próxima es Ouwenga (Nueva Zelanda) a 873 Km.
¿Cómo llegar a Alemania? Abre el mapa de Google Maps.
Historia de Alemania
Se cree que el territorio alemán estuvo habitado por celtas y fineses. Carlomagno agrupó a las tribus que lo poblaban a principios del siglo IX. Es a partir del tratado de Verdún (843), por el que Luis el Germánico recibió las tierras del imperio situadas al Oeste del Rhin, cuando puede hablarse de Alemania propiamente dicha. Posteriormente se dividió de nuevo hasta que Otón el Grande, en el 962, reavivó la idea imperial y fundó el llamado Sacro Imperio Romano Germánico hasta 1024.
La casa de Franconia, fundada por Conrado III el Sálico, se extendió hasta 1137. En este tiempo, Alemania fue escenario de las luchas entre el papado y los soberanos alemanes. El reinado de los Hohenstaufen, hasta 1272, se caracterizó por las luchas entre güelfos y gibelinos.
El periodo 1256-73 es conocido como el Interregno y finalizó con la elección de Rodolfo de Habsburgo. La posición de los electores de las pequeñas ciudades se fue afianzando hasta ser ellos quienes elegían el soberano.
A lo largo de la baja Edad Media, sin embargo, los Habsburgo lograron afianzar su posición. Mediante una política matrimonial adecuada, los Estados de Austria, Hungría y Bohemia se aglutinaron. Esto permitió a Carlos V contar con un adecuado instrumento de poder para enfrentarse al electorado. La Reforma supuso la entrada de Alemania en la Edad Moderna y el inicio de conflictos armados que finalizaron con la paz de Augsburgo (1555).
El movimiento protestante se agrupó en 1609 en torno a la Unión evangélica, a la que se opuso la Santa Liga del duque de Baviera. Esta polarización condujo a la guerra de los Treinta Años (1618-48). La Paz de Westfalia (1648) supuso el triunfo protestante y la desmembración del imperio en cientos de Estados.
Durante el siglo XVIII la hegemonía austriaca se vio amenazada por el engrandecimiento de la Prusia delos Hohenzollern.
Con la Revolución Francesa, Alemania sufrió grandes cambios. En 1806, el emperador de Austria renunció a la corona,con lo que el sacro imperio romano germánico quedaba definitiva disuelto. Se creó entonces la Confederación del Rhin (1806-13), compuesta por ciertos Estados alemanes de la orilla derecha de este río, a instancias de Napoleón, quien la usó como un instrumento de penetración de la influencia francesa en Alemania.
Tras la victoria sobre Napoleón, se creó la Confederación Germánica (1815-66), en la que entraron a formar parte 39 Estados, ya que los 270 restantes habían sido absorbidos.
En 1934, Prusia organizó la Zollverein (unión aduanera), de la que Austria quedó excluida. Potenció el crecimiento económica tras el inicio de la Revolución Industrial y favoreció el surgimiento de una burguesía de negocios favorable a la unificación del territorio alemán. Tras el fracaso revolucionario de 1848, fue Otto von Bismarck, canciller de Prusia desde 1862, qu8ien dio el impulso definitivo a ala unificación: organizó la administración militar y política prusiana y comenzó la ofensiva contra Austria. Derrotada ésta en 1866, la Confederación se deshizo ese mismo año y fue sustituida por la Confederación de Alemania del Norte (1866-71), dominada por Prusia.
Una serie de conflictos con Francia -cuestión de Luxemburgo, sucesión española- desembocaron en la guerra francoprusiana. La victoria prusiana consolidó la unidad alemana y en 1871, por el tratado de Versalles, se volvió a reconstruir el imperio alemán, pasando la capital de Viena a Berlín. El primer soberano fue Guillermo I de Prusia, y su primer canciller, Bismarck.
En 1888 subió al trono Guillermo II, con quien Bismarck entró en conflicto. En 1892 le sucedió en el cargo de canciller Georg Caprivi.
Alemania se convirtió en una gran potencia industrial y militar, fenómeno que fue acompañado por una gran agresiva política imperialista que desertó los recelos de Francia y Gran Bretaña.
La Primera Guerra Mundial (1914-18) tuvo resultados desastrosos para Alemania. En noviembre de 1918 se produjo la abdicación del emperador, al tiempo que estallaba un movimiento revolucionario, se proclamaba la República y era nombrado un gobierno provisional con el socialista F. Ebert al frente.
Éste acudió al ejército para sofocar el movimiento esparaquista y sus principales líderes , R. Luxemburg y K. Liebknecht, fueron asesinados.
En 1919 fue aprobada unan ueva Constitución y se firmó el tratado de Versalles, que imponía a Alemania unas condiciones de paz humillantes. En 1920, Ebert fue elegido canciller. La nueva República tuvo que enfrentarse a una serie de dificultades en el ámbito interno (golpes de W. Kapp en 1920 y de A. Hitler en 1923), económico (inflación desorbitada) e internacional (ocupación francesa del Rhur).
Con los gobiernos encabezados por G. Stresseman (1923) y W. Marx (1923-25), la situación comenzó a estabilizarse. En 1925 fue elegido canciller el mariscal Hindenburg.
La degradación económica y social originada por la crisis de 1929 fue aprovechada por el Partido Nacionalista que, con el apoyo de la burguesía, logró el triunfo en las elecciones de 1933. A. Hitler fue nombrado por Hindenburg canciller de la República y paulatinamente fue acaparando los poderes de gobierno. Abandonó la Constitución de Weimar y estructuró un régimen totalilario de partido único (el partido nazi), basado en el racismo y el expansionismo territorial.
Impulsó las primeras anexiones territoriales (Sarre, 1935; Renania, 1936) y apoyó a Italia en la cuestión de Etiopía. La política beligerante alemana continuó con su apoyo a las fuerzas de Franco en la Guerra Civil española y con la que firma del Pacto Antikomintern con Italia y Japón (1937).
En 1938 se produjo la anexión de Austria al Reich y, tras la desmembración de Checoslovaquia, la de los Sudetes. Un año después se completó la anexión de Checoslovaquia y se estableció una alianza con la URSS que facilitó la conquista de Polonia.
La declaración de guerra de Francia y el Reino Unido marcó el inicio de la Segunda Guerra Mundial.
Tras la rendición incondicional de Alemania (7 de mayo de 1945) se celebró la Conferencia de Potsdam, en la que se decidió la división del territorio alemán en cuatro zonas de ocupación: británica, estadounidense, francés y soviética.
En 1948 se produjo una grave crisis con el bloqueo soviético de las comunicaciones terrestres de Berlín con la zona occidental. Un año después, con la unión de las zonas británica, estadounidense y francés, se conformó la República Federal de Alemania (RFA), mientras que la soviética sería el origen de la República Democrática Alemana (RDA).
En la RDA se estableció un régimen socialista de partido único, el Partido Socialista Unificado de Alemania (SED), de influencia soviética y con capital en la zona oriental de Berlín, encabezado por W. Ulbricht presidente de la nación de 16 a 1973, Por su parte, en la RFA se estableció un régimen parlamentario republicano, de influencia occidental, con capital en Bonn, cuyo primer presidente, T. Heuss (1949-59).
Reconocida por la URSS en 1955, aunque no por Francia, Reino Unido y EE UU, la RDA ingresó en el COMECON (1950) y en el Pacto de Varsovia (1957); mientras que la RFA lo hacía en la OTAN (1955) y en el Mercado Común Europeo (1957). Sin embargo, hasta 1973 ninguno de los dos países fue admitido en la ONU. Las tensiones entre ambas Repúblicas culminaron, por iniciativa de la RDA, en la construcción del muro de Berlín (1961), que se convertiría en el símbolo de la guerra fría.
No obstante, a partir de 1969 comenzaron a normalizarse las relaciones entre ambos países. En la cancillería de la RFA, al cristianodemócrata L.Erhard (193-66), le sucedió Kiesinger (1966-69) y, después, W. Brandt (1969-74). Durante el mandado de este último se inició una política de reconciliación con Europa Oriental (Ostpolitik). Tras su dimisión, fue sustituido por el también socialdemócrata H. Schmidt, que ocupó la cancillería hasta 1982.
En la RDA, la llegada de E. Honecker a la presidencia del Consejo de Estado, en 1976, no produjo ningún cambio. La década de los ochenta supuso un periodo de enfriamiento de las relaciones interalemanas. En la RFA se habían producido importantes cambios políticos desde la llegada a la cancillería, en 1982, del cristianodemócrata H. Kohl con el apoyo de los liberales. Poco después, en 1984, R. von Weizsacker sucedió en la presidencia a K. Carstens, que ocupaba el cargo desde 1979.
El nuevo gobierno defendió un proyecto de reunificación rechazado por la RDA, como también lo fueron los planteamientos aperturistas del líder M. Gorbachov. Todo ello favoreció además el endurecimiento de las represalias contra los disidentes. Los acontecimientos que culminaron con la caída del muro de Berlín, en noviembre de 1989, y el rápido proceso posterior hacia la unificación, se sucedieron en pocos meses. Honecker dimitió de todos sus cargos y su sucesor, H. Modrow, propuso la unificación de las dos Alemanias bajo un estatuto de neutralidad.
Kohl, por su parte, defendía la permanencia alemana en el ámbito occidental.
Éste acudió al ejército para sofocar el movimiento esparaquista y sus principales líderes , R. Luxemburg y K. Liebknecht, fueron asesinados.
En 1919 fue aprobada unan ueva Constitución y se firmó el tratado de Versalles, que imponía a Alemania unas condiciones de paz humillantes. En 1920, Ebert fue elegido canciller. La nueva República tuvo que enfrentarse a una serie de dificultades en el ámbito interno (golpes de W. Kapp en 1920 y de A. Hitler en 1923), económico (inflación desorbitada) e internacional (ocupación francesa del Rhur).
Con los gobiernos encabezados por G. Stresseman (1923) y W. Marx (1923-25), la situación comenzó a estabilizarse. En 1925 fue elegido canciller el mariscal Hindenburg.
La degradación económica y social originada por la crisis de 1929 fue aprovechada por el Partido Nacionalista que, con el apoyo de la burguesía, logró el triunfo en las elecciones de 1933. A. Hitler fue nombrado por Hindenburg canciller de la República y paulatinamente fue acaparando los poderes de gobierno. Abandonó la Constitución de Weimar y estructuró un régimen totalilario de partido único (el partido nazi), basado en el racismo y el expansionismo territorial.
Impulsó las primeras anexiones territoriales (Sarre, 1935; Renania, 1936) y apoyó a Italia en la cuestión de Etiopía. La política beligerante alemana continuó con su apoyo a las fuerzas de Franco en la Guerra Civil española y con la que firma del Pacto Antikomintern con Italia y Japón (1937).
En 1938 se produjo la anexión de Austria al Reich y, tras la desmembración de Checoslovaquia, la de los Sudetes. Un año después se completó la anexión de Checoslovaquia y se estableció una alianza con la URSS que facilitó la conquista de Polonia.
La declaración de guerra de Francia y el Reino Unido marcó el inicio de la Segunda Guerra Mundial.
Tras la rendición incondicional de Alemania (7 de mayo de 1945) se celebró la Conferencia de Potsdam, en la que se decidió la división del territorio alemán en cuatro zonas de ocupación: británica, estadounidense, francés y soviética.
En 1948 se produjo una grave crisis con el bloqueo soviético de las comunicaciones terrestres de Berlín con la zona occidental. Un año después, con la unión de las zonas británica, estadounidense y francés, se conformó la República Federal de Alemania (RFA), mientras que la soviética sería el origen de la República Democrática Alemana (RDA).
En la RDA se estableció un régimen socialista de partido único, el Partido Socialista Unificado de Alemania (SED), de influencia soviética y con capital en la zona oriental de Berlín, encabezado por W. Ulbricht presidente de la nación de 16 a 1973, Por su parte, en la RFA se estableció un régimen parlamentario republicano, de influencia occidental, con capital en Bonn, cuyo primer presidente, T. Heuss (1949-59).
Reconocida por la URSS en 1955, aunque no por Francia, Reino Unido y EE UU, la RDA ingresó en el COMECON (1950) y en el Pacto de Varsovia (1957); mientras que la RFA lo hacía en la OTAN (1955) y en el Mercado Común Europeo (1957). Sin embargo, hasta 1973 ninguno de los dos países fue admitido en la ONU. Las tensiones entre ambas Repúblicas culminaron, por iniciativa de la RDA, en la construcción del muro de Berlín (1961), que se convertiría en el símbolo de la guerra fría.
No obstante, a partir de 1969 comenzaron a normalizarse las relaciones entre ambos países. En la cancillería de la RFA, al cristianodemócrata L.Erhard (193-66), le sucedió Kiesinger (1966-69) y, después, W. Brandt (1969-74). Durante el mandado de este último se inició una política de reconciliación con Europa Oriental (Ostpolitik). Tras su dimisión, fue sustituido por el también socialdemócrata H. Schmidt, que ocupó la cancillería hasta 1982.
En la RDA, la llegada de E. Honecker a la presidencia del Consejo de Estado, en 1976, no produjo ningún cambio. La década de los ochenta supuso un periodo de enfriamiento de las relaciones interalemanas. En la RFA se habían producido importantes cambios políticos desde la llegada a la cancillería, en 1982, del cristianodemócrata H. Kohl con el apoyo de los liberales. Poco después, en 1984, R. von Weizsacker sucedió en la presidencia a K. Carstens, que ocupaba el cargo desde 1979.
El nuevo gobierno defendió un proyecto de reunificación rechazado por la RDA, como también lo fueron los planteamientos aperturistas del líder M. Gorbachov. Todo ello favoreció además el endurecimiento de las represalias contra los disidentes. Los acontecimientos que culminaron con la caída del muro de Berlín, en noviembre de 1989, y el rápido proceso posterior hacia la unificación, se sucedieron en pocos meses. Honecker dimitió de todos sus cargos y su sucesor, H. Modrow, propuso la unificación de las dos Alemanias bajo un estatuto de neutralidad.
Kohl, por su parte, defendía la permanencia alemana en el ámbito occidental.
En marzo de 1990 se celebraron las primeras elecciones libres en la RDA,que dieron la victoria a los cristianodemócratas. Maziere ocupó el gobierno e inmediatamente se puso en marcha el plan de reunificación de Kohl, conseguida parcialmente en agosto con la unión económica y totalmente a finales de esa mismo año, tras la incorporación de los cinco Lander de la RDA a la RFA y la celebración de elecciones conjunta. La victoria en ellas de la Unión Cristiano Demócrata hizo que Kohl se convirtiera en el primer canciller de la Alemania unida.
En 1994, R. Herzog fue elegido presidente, y Kohl, reelegido canciller. La situación económica interior conoció una grave crisis, provocada por los ajustes entre los dos bloques, lo que obligó al gobierno a poner en marcha un programa drástico de ahorro presupuestario.
En las elecciones de 1998 venció el socialdemócrata Gerhard Schröder, que tuvo que pactar con los verdes para formar gobierno.
Sus fuerzas armadas formaron parte del ejército internacional que intervino en Kosovo a comienzos de 1999. En julio de ese año, Johannes Rau sucedió a Herzog en la presidencia del país. Tras las legislativas de 2002, Schröder volvió a formar gobierno, tras pactar nuevamente con los Verdes.
En 2004, Horst Koehler fue elegido presidente del país. En septiembre de 2005, las elecciones parlamentarias dejaron na mínima ventaja de la Unión Socialcristiana (CDU-CSU), liderada por Angela Merkel, que con un 35,2% de los votos, aventajó en solo tres diputados (225 por 222 de los 613 escaños) al Partido socialdemócrata del canciller Schröder, que con un 34,3% se quedó a las puertas de la victoria. Tras semanas de negociaciones, el SPD de Schröder aceptó finalmente que fuera la fuerza más votada la que designara al jefe de gobierno a cambio, eso sí, de ocho de las catorce carteras de la Administración Federal. Con esto, Angela Merkel se convirtió en la primera mujer de la historia que fue nombrada canciller.